Con la participación de Ana Rosa Ruíz Fernández, economista y parte del colectivo feminista Mujeres en Acción y el dirigente campesino José Oviedo Chaves de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios Costarricenses (UNAG) quien además es parte del Movimiento Rescate Nacional

 

Pueden ver el programa completo aquí.

¿Estoy loco, para ver lo que otros no ven, o
están locos los responsables de todo lo que estoy viendo?
León Tostoi

El pasado mes de septiembre 2020, OXAFAM presentó el informe “Combatir la desigualdad de las emisiones de carbono Por qué la justicia climática debe estar en el centro de la recuperación tras la pandemia de COVID-19” donde expuso las profundas brechas en torno a las emisiones de carbono y el nivel de ingreso.

En este marco es importante señalar que la crisis climática es provocada por el accionar humano sobre los bienes comunes naturales, pero las diferencias de impacto saltan a la vista, cómo por ejemplo nuestra atmósfera, que a lo largo del tiempo ha acumulado las emisiones de carbono, en detalle la deuda ecológica entre 1800-1988, se refleja de una forma desigual; 83.7% producido en el hemisferio norte contra apenas un 16.3% del hemisferio sur.

Este informe que nos presenta OXFAM nos alerta que a pesar de las bajas emisiones que se reportan motivo de las medidas COVID 19, la crisis climática sigue, y que, ante los compromisos del Acuerdo Climático de París, estamos muy cerca de superar el límite de mantener el calentamiento global del 1,5 C, agudizando así el deterioro de los bienes comunes naturales.

Sin embargo, la gran contribución de este informe reside en que nos ayuda a problematizar una pregunta incómoda para algunos sectores de nuestras sociedades, ¿Quiénes son responsables del incremento de estas emisiones (1990-2015)?

Al respecto esto, el informe nos trae algunos datos importantes de reseñar, por ejemplo; el 10% más rico generó el 52% de emisiones totales de carbono, de estas el 1% de la población mundial más rica generó 15% de las emisiones, sin embargo, apenas el 50% más pobre de la población mundial generó el 7%.

Un ejemplo que nos aporta es respecto de las emisiones totales relacionadas a la dimensión del transporte; solamente el 10% de los hogares más ricos consume de esto el 45% del transporte terrestre y el 75% aviación.

Con estos y otros datos más, el informe logra concluir que por lo menos el 5% más rico es responsable del 37% del incremento total de las emisiones del período de estudio.

También es importante señalar, que unos de los sectores que hoy atenta más contra los Bienes Comunes Naturales como lo es la Agroindustria, llega a representar el 30% total de las emisiones de carbono, esto resultado de la suma de sus dimensiones de agrocadena: agricultura, industria, energía y transporte (Ecologistas en Acción, 2010).

Con estos datos que les presentamos, podemos llegar a una primera idea, el actual crecimiento económico garantiza la satisfacción del consumo más rico, no está centrado en la mejora de las condiciones de vida. Por ejemplo, la mitad de la población mundial vive con menos de $5,50 al día.

Pero ¿qué nos dice esto?

Algunas ideas que nos permiten partir de este informe:

  • Hay un consumo desproporcionado de los sectores más ricos
  • Las personas en pobreza y exclusión hacen frente a los efectos de cambio climático de manera directa
  • Las generaciones futuras verán perjudicada su calidad de vida, ya que encontrarán un agotamiento acelerado de los Bienes Comunes Naturales
  • La coyuntura del COVID 19 demostró que se pueden tomar medidas radicales ante una amenaza

Es por esta razón que, a partir de la lectura de este informe, podemos proponer algunas medidas que se pueden explorar para abordar la crisis climática:

  • Impuestos a la riqueza
  • Apoyos a sectores que desarrollan modos de producción alternativos
  • Prohibiciones y restricciones sobre actividades contaminantes

Ante este escenario que atravesamos de agotamiento generalizado de los Bienes Comunes Naturales, es importante profundizar en las experiencias de gestión de los bienes comunes como un aporte más para enfrentar las repercusiones de la actual injusticia climática, estos procesos nos enseñan a construir relaciones a partir de la horizontalidad de los sujetos y protegiendo con sus acciones la reproducción de la vida.

Fuentes:

Gore, T. (2020). Combatir la desigualdad de las emisiones de carbono Por qué la justicia climática debe estar en el centro de la recuperación tras la pandemia de COVID-19. OXFAM. Tomado de: https://oxfamilibrary.openrepository.com/bitstream/handle/10546/621052/mb-confronting-carbon-inequality-210920-es.pdf

Ecologistas en Acción (2010) Agricultura y cambio climático N 67. Recuperado de: https://www.ecologistasenaccion.org/19945/agricultura-y-cambio-climatico/

Equipo de trabajo del Observatorio de Bienes Comunes: agua y tierra
Programa Kioscos Socioambientales
Centro de Investigación y Estudios Políticos

 

Pueden descargar la infografía aquí

El pasado mes de julio, el Foro Económico Mundial dio a conocer un informe titulado “El Futuro de la Naturaleza y los Negocios”, en este informe se exponen desde su perspectiva algunas de las amenazas que enfrenta el planeta, pero también procura proponer alternativas que permitan minimizar las actuales condiciones de vulnerabilidad que afectan los ecosistemas, además su análisis se enmarca en las graves consecuencias de la Pandemia del COVID19.

¿Qué es el Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra?

El Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra es un esfuerzo más de articulación entre el Programa Kioscos Socioambientales y el CIEP que tiene como propósito contribuir en la problematización del contexto que nos interpela a todos y todas desde esta perspectiva, a través de la generación de información y espacios de diálogo sobre las dimensiones y relaciones presentes en los conflictos socioambientales relacionados al origen, propiedad y gestión de los bienes comunes. Pretende a través de monitoreos, campañas, talleres en comunidades, articulación con proyectos similares de acción social e investigación, generar información oportuna y vínculos de articulación para evidenciar el estado de los bienes comunes en Costa Rica, y favorecer una mayor conciencia sobre los desafíos que representa la gestión democrática de estos bienes para nuestra sociedad.

Este documento fue elaborado por el Equipo del Observatorio de Bienes Comunes.

Pueden descargarlo aquí.

Publicado por Surcos Digital: https://surcosdigital.com/wp-content/uploads/2020/10/Boletin-1-Observatorio-BC-Futuro-de-la-naturaleza.pdf

Conversamos sobre la pandemia, esta vez desde el papel de las ciencias sociales y en especial de la Geografía en momentos de crisis. Hoy hablaremos con el Master Melvin Lizano Araya y el Dr Alejandro Cascante Campos sobre los desafíos y las enseñanzas acumuladas a lo largo de estos 8 meses.

Pueden ver el programa aquí

Conozca más sobre el observatorio de bienes comunes del Programa Kioscos Socio-ambientales- CIEP

Pueden ver el programa completo aquí

 

La pandemia no solo ha incrementado la vulnerabilidad en términos de salud para las personas trabajadoras de este sector, también ha tenido un importante impacto económico para las familias, “he escuchado de problemas de pago a las personas trabajadores bajo la excusa de la pandemia”- señala Vicenta, vecina de Upala. Estos dos factores unidos resultan en una fórmula que condensa la desigualdad territorial de las regiones que históricamente han presentado mayores índices de empobrecimiento.
 

Para profundizar sobre este tema: https://wp.me/p6rfbZ-cEb

Surcos Digital

En el transcurso de la pandemia del COVID-19 durante el 2020, se han dado a conocer múltiples situaciones de maltratos a las poblaciones trabajadoras de monocultivos y plantaciones agrícolas en Costa Rica.

El TCU “Agua, lucha y Justicia Ambiental” ha mapeado algunas formas en las cuales las organizaciones sociales y comunitarias enfrentan los efectos de la crisis actual. En ese contexto realizaron un video y un material gráfico que recupera la situación que se vive actualmente en las plantaciones, con el propósito de dar a conocer dicha realidad y apoyar también los esfuerzos que se hacen “desde abajo” por defender los derechos laborales.

En el Caribe Norte el SITRAP denuncia el irrespeto de los derechos laborales de la población trabajadora en plantaciones agrícolas y exige medidas para proteger su salud frente al COVID-19. Si conoce que se estén violentando los derechos laborales en plantaciones agrícolas, puede denunciar al 27688845 o al 83090994.

#JusticiaSocialyAmbiental
#COVID19

Gracias al apoyo del TCU-635: Grupos organizados y comunicación para el cambio social, Pry01-597-2020: Relaciones laborales en Costa Rica, TCU-681: Cumplimiento de los derechos labores en plantaciones y afines, el TCU-666: Dialogando el presente y el Programa Kioscos Socioambientales de la Universidad de Costa Rica.

Puede ver el video aquí

Soy de nacionalidad Ngäbe, del territorio indígena de Altos de San Antonio, y con gran preocupación y tristeza, les digo que hemos recibido las noticias publicadas en los medios de comunicación radiales, escritos y televisivos, con relación a los hermanos y hermanas que año con año vienen a dar su aporte a la economía de Costa Rica, participando en la cogida de café.

Primero, los hermanos reciben un trato de migrantes, los Ngäbes – Buglé somos una nación, un pueblo, que por imposición de la colonia hemos sido divididos y hoy estamos tanto en Panamá como en Costa Rica: El Convenio 169 de la OIT nos reconoce como poblaciones transfronterizas, jamás como migrantes, como pueblo y no como etnia.

Las noticias y declaraciones de autoridades y cafetaleros nos muestran como que los indígenas recibirán grandes beneficios y tratos preferenciales, y nos preguntamos:

¿Los Ngäbe – Buglé también tendrán todas las garantías sociales y laborales que establecen las leyes nacionales y los convenios internacionales?

¿Cuáles son las garantías reales de que los hermanos y hermanas, que participarán en la cogida de café, no vienen contagiados?

¿Cuáles son las medidas concretas para prevenir el contagio de los Ngäbes que estamos en Costa Rica?

¿Tienen las autoridades de Costa Rica la capacidad de atender eficientemente un posible contagio masivo de indígenas? ¿Cuál es esa capacidad?

¿Es el Ministerio de Trabajo parte de la coordinación institucional?

¿Son camas dignas para los indígenas un tablero con patas?

¿Es humano que a los Ngäbe – Buglé se les encierre en una finca?

¿Qué coordinación ha hecho la comisión institucional con los territorios Ngäbes que estamos en Costa Rica?

Esperamos que las autoridades de Panamá y Costa Rica realmente velen por los derechos humanos de los pueblos indígenas y que no los pongan bajo los intereses económicos.

Autor: Javier Montezuma

Tomado de: https://semanariouniversidad.com/opinion/por-los-derechos-humanos-de-la-nacion-ngabes-bugle/

¿Cuál pandemia? Extractivismos recargados


“Las raciones fueron nuevamente reducidas para economizar petróleo. Pero los cerdos parecían estar bastante a gusto y, en realidad, aumentaban de peso.”

George Orwell – Rebelión en la Granja
En los últimos meses a raíz de las medidas económicas tomadas y no tomadas por el Gobierno ante la pandemia, hemos visto deterioradas las condiciones socioeconómicas de una gran parte de la población, agudizando las desigualdades de nuestra sociedad; pero como era de esperar algunos sectores no han sido impactados de la misma manera, entre ellos la industria extractiva. Podemos preguntarnos: ¿a qué tipo de cuarentena se han sujetado?

Lo primero que pensamos es: ¿qué son los extractivismos? Estos son parte de un modelo socioeconómico, productivo y político que se basa en la extracción de los bienes naturales (principalmente) con el fin de obtener materias primas con poco valor agregado y procesamiento sensibles a ser vendidas en los mercados. Para ello diversos actores sociales procuran facilitar su operación mediante exoneración fiscal, para optimizar sus ganancias. Entre algunas actividades están las conocidas tradicionalmente como la minería o exploración petrolera, pero en Costa Rica con más intensidad está la agroindustria a través de los monocultivos (piña, azúcar, banano, palma africana) o megaproyectos.

Estas actividades tienen profundas secuelas en nuestro país, su creciente intensidad y extensión ha impactado de forma irreversible en las comunidades y los ecosistemas. El uso indiscriminado de agroquímicos nocivos para la vida humana y el ambiente, así como la necesaria deforestación para su desarrollo son muestras de sus “externalidades en el agotamiento de los bienes naturales”.

Con la llegada del COVID-19 se mostró cómo los sectores extractivistas miraban para otro lado, y las autoridades refrendaron esto. Amparados en la “necesidad” de resguardar la economía, las implicaciones del “martillo y el baile” se diferenciaron entre lo urbano y rural, en uno se corre por cumplir con el cierre, pero en otros continúa el baile de la indiferencia y la explotación.

Si quisiéramos caracterizar las desigualdades presentes en el país, basta con retratar la división del trabajo y su manifestación a través de la clase y el género, cómo se entrelazan para mostrarnos a los perdedores y ganadores, donde el migrante o el pobre viven en carne propia las violencias de una actividad económica que no puede parar. Pero la acumulación de la riqueza sigue estando en manos de esas empresas opacas, casi ausentes hasta para tributar.

Pero su actividad no se mide solamente por su producción, sino también en las capacidades que generan para modificar a su favor las condiciones mediante las que operan. Por ejemplo, desde las cámaras empresariales hemos visto deseos expresos de una desregulación de la legislación ambiental (estudios de impacto ambiental, requisitos y otros) para hacerla más “amigable” con los negocios. Usando la excusa del ingreso en la OCDE se quiere modificar reglamentos para facilitar la introducción de paquetes tecnológicos que sirven de insumos a la producción agroindustrial, pero en definitiva son más agroquímicos, algunos restringidos en muchos países; pero también algunos reglamentos sobre las condiciones laborales de las personas, apostando a una normalización “legal” de la precarización a la que están expuestas.

¿Por qué hablar de esto? Porque les ha ido tan bien que son “punta de lanza” de la reactivación económica, coronados con el discurso presidencial con su apuesta al cultivo del cáñamo (monocultivo), pero también dio espacio para retomar las intenciones de algunos sectores por activar la minería de oro o la exploración petrolera, antes detenidas por decretos y leyes, pero hoy se perfilan como moneda de cambio en la política nacional. Es así como estamos siendo testigos que estos extractivismos sin cuarentena deterioran nuestro ambiente y atizan la desigualdad política y económica en el país.

Autor: Luis Andrés Sanabria Zaniboni

Fuente: https://semanariouniversidad.com/opinion/cual-pandemia-extractivismos-recargados/

 El Decanato de Ciencias Sociales, el Programa de Kioscos Socioambientales, la Escuela de Ciencias Políticas y el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica, desde marzo de 2020 han iniciado un proceso de diagnóstico comunitario con la finalidad de conocer los impactos e implicaciones que la pandemia ha tenido en diversos territorios del país y en organizaciones comunales.

 

 

Pueden ver el video aquì.

Un esfuerzo entre el Observatorio de Acciones Colectivas del IIS y el Observatorios de Bienes Comunes del Programa Kioscos Socioambientales.

 

 

Puede descargarlas aquì; Infografia 1 e infografìa 2

Si desean versiones impresas pueden contactarse a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Prosokioc