Escrito por  Vinicio Chacón en  semanario.ucr.ac.cr

La organización Confraternidad Guanacasteca lanzó la voz de alarma ante lo que considera una eventual “privatización” de la playa Matapalo, en Carrillo de Guanacaste, por parte del hotel Riu.

La queja se da luego de que el Concejo Municipal de Carrillo rechazara una iniciativa por cambiar el plan regulador de Playa Matapalo, la cual provendría de “personeros” del hotel Riu, según esa organización.

Gadi Amit, miembro de esa organización, explicó que la mencionada propuesta buscó eliminar el camino público de acceso a la playa. Ante ello, no dudó en afirmar que lo que el hotel Riu busca es “privatizar la playa; es lo normal de todo proyecto turístico grande”.

Mientras tanto, avanza la construcción de la segunda etapa del hotel, a pesar de que persisten preocupaciones ambientales sobre el desarrollo de ese proyecto.

Carrillo, Guanacaste

Amit detalló que esa iniciativa de modificar el plan regulador no prosperó, gracias a que en setiembre tres de los cinco regidores del Concejo Municipal de Carrillo se opusieron, “porque conocen las anomalías que se han dado en el caso de este hotel y saben que cambiar el plan regulador para tapar los delitos cometidos no está en el interés público”.

En ese sentido, cabe recordar que desde marzo del 2010, UNIVERSIDAD reportó la desaparición de 8.000 metros cuadrados de manglar en el sitio, así como de una quebrada. Además, en agosto pasado este medio recogió denuncias sobre la misteriosa muerte de árboles en la playa, en lo que será el frente de la segunda etapa del hotel, situación que se volvió a encontrar en esta nueva visita.

Para el ambientalista, puede haber un interés común entre el hotel Riu y los empresarios detrás de la iniciativa del acueducto de Sardinal, cuya construcción se encuentra paralizada luego de un intenso trabajo de protesta de parte de la comunidad ante el temor de que esa iniciativa -destinada a llevar agua a proyectos turísticos- les dejara sin el recurso.

“Hay posibilidad de que ese megaproyecto reactive el movimiento de posibles compradores de propiedades, lo cual es el interés del grupo de desarrolladores detrás del acueducto de Sardinal, pues ese mercado está estancado”, puntualizó.

Amit recordó que ante el  Tribunal Ambiental Administrativo (TAA) aún está pendiente el caso por la destrucción de manglar y otros daños ambientales, como corta de árboles con cuestionables permisos, la destrucción de una quebrada y el incumplimiento del plan regulador, así como el caso por unos baños que construyeron sin permiso junto a la playa y que deben ser derribados.

Puntualmente,  sobre el caso de esa estructura, indicó que el Departamento Jurídico de la Municipalidad manifestó que esa construcción es ilegal y que había que demolerla; “el Alcalde no quiso hacerlo, pero hasta la misma Procuraduría ha dicho que se debe demoler”, apuntó.

UNIVERSIDAD obtuvo una copia del oficio de la Procuraduría General de la República número C-234-2011, fechado el pasado 16 de setiembre, el cual se refiere a ese caso particular y apunta: “se constata que se ocupa o se ha construido sin autorización administrativa, hay obligación de desalojar a los infractores y destruir las edificaciones”.

Según detalló Amit, infringir la Ley de Zona Marítimo-Terrestre (ZMT)-como espera que lo determine en este caso el TAA- implica la pérdida de concesiones. “El hotel Riu tiene tres concesiones en ZMT y las deben perder, pues hay motivos más que suficientes según la ley”, insistió.

El activista informó que además de las acciones ante el TAA, se han planteado dos denuncias penales, una en los tribunales de Santa Cruz y otra en San José. “Confraternidad Guanacasteca llevará todo esto también al contencioso administrativo y se le exigirá a la Municipalidad, en su calidad de administrador de la ZMT, que aplique las sanciones de ley para que se cancelen las concesiones del Hotel”, sentenció.

¿MALTRATO?

Tras recibir denuncias de supuestos malos tratos que reciben los obreros que trabajan en la construcción de la segunda etapa del hotel, UNIVERSIDAD realizó  una visita el 12 de noviembre a la zona coordinada con el programa de Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR.

Además de comprobar el avance de las obras, se logró el testimonio de un obrero en el sentido de que en el sitio los trabajadores padecen enfermedades provocadas por mala alimentación y calidad del agua, así como accidentes laborales de gravedad.

“Diego Armando”, quien solicitó el anonimato, manifestó que “se enferma mucha gente, porque la comida es insípida y mala y el agua está sucia. Muchas personas dejan de comer hasta cinco días, y así salen a trabajar, porque si uno se incapacita más de tres veces, lo corren”.

Cabe recordar que en noviembre del 2008, un obrero nicaragüense quien laboraba en la construcción de la primera etapa del hotel murió, tras pasar varios días acostado y con vómito en una de las covachas donde alojan a los trabajadores.

Por medio del correo electrónico se buscó al gerente general Till Koehler, así como a Nelly Quirós –quien atendió anteriormente las consultas de UNIVERSIDAD- para conocer la posición del hotel Riu respecto a las denuncias recibidas por este periódico, relativas tanto al tema de la “privatización” de la playa así como sobre el tema de los derechos laborales, condiciones de trabajo de los obreros y si se ha dado la muerte de alguno. Sin embargo, al cierre de esta edición (lunes 14) no se obtuvo respuesta.

“Diego Armando” dijo haber trabajado un mes en la construcción y espera reintegrarse en la segunda quincena de noviembre. UNIVERSIDAD comprobó que la construcción está detenida, aparentemente debido a que la gran mayoría de los obreros son nicaragüenses y habrían sido llevados a ese país para que votaran en las elecciones que ganó Daniel Ortega.

El mencionado obrero informó que en las covachas de la construcción no hay servicio de limpieza y “todo está muy sucio”. Añadió que después de las 10 a.m. todos los obreros quedan confinados en el sitio de construcción -que está cercado- y ni siquiera pueden salir a la hora del almuerzo.

Según dijo, los mismos guardas de seguridad tienen la potestad de despedir a los trabajadores; “es tan simple como que le dicen 'váyase'”.

Detalló que los peones están cubiertos por una póliza del Instituto Nacional de Seguros (INS) y están asegurados por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pero ello no impide que “las condiciones de trabajo son malas y trabajamos bajo mucha presión, nos apuran todo el tiempo”.

A su parecer la paga no es mala, pero se dan situaciones como que los maestros de obras se dirijan a los trabajadores con malas palabras y vulgaridades, mientras que son los agentes de seguridad quienes deciden si un trabajador puede buscar asistencia sanitaria.

“A veces uno se queja porque le duelen los huesos y tiene calentura; entonces lo mandan a que le pongan una inyección que no sabemos qué es.  Nos mandan a reposar y luego a volver al trabajo al día siguiente”, acotó.

Según dijo, durante el tiempo que ha laborado en el sitio ha podido ver “a mucha gente” acostada, arropada de pies a cabeza y con frío; “les decían que ahorita se les pasaba y los mantenían totalmente dormidos”.

Comentó que en esas circunstancias y bajo el fuerte sol guanacasteco, no es raro que se den desmayos y caídas; incluso mencionó que algunos peones se han quedado dormidos en los arneses con que cuelgan de las columnas.

Entre los accidentes serios, citó el caso de un joven quien cayó desde una altura de dos metros y medio sobre unas varillas “y se le salieron las tripas; eso fue hace como unos 20 días; no sé qué pasó con él, pues siempre que hay accidentes; los mandan a la clínica, los cosen y van de vuelta a Nicaragua”.

“Diego Armando” consideró que se trata de accidentes evitables, pero “el tema de salud ocupacional está mal”.

“Conseguir trabajo en esta zona es demasiado duro, las condiciones en playa Matapalo son muy malas, pero quiero volver a trabajar ahí por necesidad, es lo único que hay”, expresó.

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