Fuente: Ferlin Fuentes Yjairo Villegas S. en nacion.com

La Ley dice que una parcela solo puede ser para uso agrícola y el concesionario puede traspasarla solo 15 años después de adquirida.

Sin embargo, pese a una advertencia, la Junta Directiva del Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) ignoró un criterio del Departamento Legal y autorizó, de forma unánime, el traspaso de una parcela de 132 hectáreas a un abogado, en 1995.

Fue así como la propiedad pasó a manos del que ahora es asesor legal de la minera Industrias Infinito, que pretendió desarrollar en aquellas tierras de Cutris de San Carlos, el proyecto minero Crucitas.

Carlos García Anchía, jefe del Departamento Legal del IDA , hizo la advertencia en una nota fechada el 21 de setiembre de 1995.

“Así las cosas, dado que legalmente no es posible recomendar el levantamiento de las limitaciones impuestas por la ley a la parcela número 28-25, del proyecto Chambacú, debe rechazarse la solicitud en ese sentido”, consigna la nota.

Esas limitaciones establecían que la tierra se podía traspasar solo después de 15 años de tenencia y solo para uso agrícola.

No obstante, en el mismo documento, García les comunicó a los directivos del IDA que quedaba a su criterio aprobar el traspaso.

El 25 de setiembre de 1995, la Directiva avaló que esa propiedad perteneciente al matrimonio de agricultores, Víctor Fernández Salazar y Noemy Vargas Sánchez, fuera vendida al abogado Juan Carlos Hernández Jiménez.

Este hecho, sin embargo, quedó en el olvido para la mayor parte de los directivos del IDA de la época.

Este es el caso de Orlando Dorado Boza, quien fungía como presidente ejecutivo. Él dijo que todas las decisiones que tomaron estaban sustentadas por una recomendación del Departamento Legal. Ni Freddy Arroyo Ramírez ni Rodolfo Downing recordaron este asunto.

De nuevo. El apoyo a levantar las condiciones legales de la parcela se repitió en mayo del 2000, cuando fue el propio abogado Hernández quien lo solicitó. Así, la tierra pasó a ser propiedad de otra firma, que le dio a Industrias Infinito un derecho de usufructo para echar a andar su proyecto minero. José Joaquín Acuña, expresidente ejecutivo del IDA de 1998 al 2002, aseguró ayer que esa propiedad no debía tener limitaciones porque no se trataba de una parcela. Esa, aclaró Acuña, se trataba de un área de colonización.

“En el proyecto de colonización Chambacú existía una serie de propietarios con título de propiedad que se les había aplicado esa normativa equivocadamente”, dijo.

Por eso, agregó, se levantaron los impedimentos cuando el propietario lo pidió. La concesión para extraer 800.000 onzas de oro fue anulada en 2011 por un tribunal.

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