Fuente Daniela Araya en crhoy.com

Una muerte lenta le roba la existencia al Refugio de Vida Caño Negro, pues por más bulla que han querido hacer los vecinos, las autoridades o no escuchan o se hacen las sordas.

Mauro Corte, vecino del refugio, denunció que desde hace treinta años la sedimentación empezó un proceso irreversible en Caño Negro. Un señor hizo un “cañito” para ir a su finca y desvió el río, por lo que se metió en la laguna principal de Caño Negro y la sedimentó. A esto se suma la deforestación y varios proyectos que, con permisos del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (SENARA), hicieron catorce kilómetros de drenajes incrementando el problema.

Por si fuera poco, alrededor del sitio una intensa actividad piñera aumenta el riesgo del refugio. Según denuncian varias fuentes, pese a que éstas han sido cerradas por malas prácticas en diversas ocasiones, pero vuelven a abrir. Así lo señala Corte:

“Ahora usted ve el río lleno, pero deja de llover dos días y el agua se va abajo, eso está pasando a nivel del humedal, que pienso que es una de las cosas que distingue a Caño Negro, la belleza del humedal; y ese humedal se está afectando por las piñeras, se está afectando por el tajo y después se está afectando la fauna del río por la pesca ilegal, criminal e indiscriminada. Aquí usted ve gente con chinchorros llevándose los gaspares por montones en época de veda y de desove –pez en peligro de extinción-, los matan y simplemente los van a vender a la cantinas”, relató Wilberth Ballestero, vecino de la zona.

Imagen de un periódico realizado por los niños de la Escuela de Caño Negro, denunciando la situación. CRH

Para él, la situación es tan clara que hasta los niños de la Escuela de Caño Negro lo denunciaron en el periódico escolar, en donde dijeron que la matanza de caimanes y peces aqueja la región. La censura llegó a la publicación infantil y, según Corte, esta edición fue la primera y la última porque “allí se vio la realidad de Caño Negro”.

“Este refugio lo más que carece es de cuido, está totalmente abandonado, hay muy poquito personal, no hay patrullaje y se necesita cuidarlo para mantener todos los seres vivos que existen aquí y los recursos naturales en sí, hay poco personal y el que está no tiene mucho interés”, recalcó Antonio Sequeira, residente.

DENUNCIAS LLEGAN A OÍDOS SORDOS

“Sobre los cultivos de piña ya hay muchas quejas aquí y por alrededores, en todo lado se queja todo mundo de las piñeras y principalmente aquí en Caño Negro porque este humedal se va a ver perjudicado por lo que las piñeras lanzan en todo su cultivo (…) las quejas han sido permanentes y sin embargo no se ven los resultados, aquí cierran por unos días una piñera y al momentito están trabajándola de nuevo; el cierre como que es para tapar un poquito, como para callar a la gente”, reveló Sequeira.

Ballestero agregó que ante las denuncias, la respuesta del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAET) es siempre la misma: “no tenemos gente, no tenemos gasolina”. A Ballestero le preocupa que el ente tiene un plan de manejo para ampliar y crear una zona de amortiguamiento, sin embargo, si no pueden proteger lo que hay, ¿cómo ampliar el área?

“Con respecto al Tribunal Ambiental, imagínese que han venido y han cerrado como tres piñeras en este zona, pero como a los tres o cuatro días están trabajando nuevamente, eso es lo que ha pasado, ¿porqué?: no lo sé”, denunció Ballestero.

No obstante, los vecinos confirmaron que la Fuerza Pública ayudó a controlar a la matanza en época de desove, con patrullajes durante diez días por petición de los mismos lugareños.

A pesar de esto, las demás autoridades no parecen dar cuenta del peligro que pesa sobre Caño Negro.

Jose Lino Chávez, Presidente del Tribunal Ambiental, confirmó que en ese órgano sabe, con estudios científicos de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional, que si no se hace algo pronto, el humedal de Caño Negro dejará de existir. ¿Por qué no hacen algo las autoridades? Lea mañana la segunda parte.

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