Para el año 2011, un documental titulado Botas con Machete mostraba la posición que tienen las más de 100 familias campesinas que viven justo

por Antonio Mora 11 febrero, 2015

Desde hace más de 5 años se viene hablando de la intención de construir un Aeropuerto Internacional en la región Brunca de Costa Rica, específicamente en el cantón Osa, distrito Palmar Sur, comunidades Finca 9 y Finca 10. En varias noticias ha quedado evidenciado que existe una gran oposición a este proyecto por parte de varios sectores sociales, como son las comunidades campesinas, académicos de la Universidad de Costa Rica, sectores ecologistas, ONG, así como otros movimientos sociales preocupados por las implicaciones que un megaproyecto como este ocasionaría en toda la región sur de este país.

Para el año 2011, un documental titulado Botas con Machete mostraba la posición que tienen las más de 100 familias campesinas que viven justo donde se pretende construir este proyecto. Distintas organizaciones como Inogo, Crest, Kioscos Socioambientales de la Universidad de Costa Rica, Lucha Campesina por Nuestras Tierras del Sur o Fecón también vienen hablando de las implicaciones que traería la construcción de un Aeropuerto Internacional en una región conocida por sus atractivos naturales como el sitio Ramsar Humedal Nacional Térraba Sierpe, sus pueblos indígenas (Boruca, Térraba, Curré) y campesinos (las antiguas Fincas Bananeras), así como sus grandes tesoros arqueológicos que son las Esferas de Piedra declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad. Todas estas entidades han manifestado y argumentado sólidamente las consecuencias e impactos sociales y ecológicos que despegarían una vez inicie la construcción de este Aeropuerto.

A pesar de todas las grandes maravillas naturales y culturales que hay en esta región, los conflictos agrarios ocasionados por la concentración de tierras destinadas al monocultivo de banano, palma africana y piña en Buenos Aires, Dominical, Coto 47 y Palmar, las amenazas de proyectos hidroeléctricos en la cuenca alta del río Grande de Térraba, la deforestación dentro del Humedal Térraba Sierpe y las constantes intenciones de construir marinas en el Golfo Dulce, son causantes de una gran cantidad de conflictos sociales y ambientales que preocupan a las distintas comunidades al sentirse vulnerables a desalojos y pérdida de sus tierras, así como por la destrucción ecológica hacia sus territorios.

Con todo esto, el expediente de este proyecto ubicado en la Setena contiene el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) de unas 2.800 páginas que el consorcio de las empresas consultoras Acciona-Inforest realizaron. Actualmente, este Estudio se encuentra en custodia, lo cual quiere decir que aún no es posible declararle viabilidad al proyecto. Varios sectores e instituciones han criticado el EsIA del documento por falta de datos, claridad, orden, consulta a comunidades desalojadas, falta de claridad y de análisis, entre otros.

Ahora depende de la presión que los sectores sociales, tanto populares como ecologistas o académicos, realicen a Setena y al Gobierno, pero también depende de la voluntad política del Gobierno y Presidente en turno. Es pertinente recordar que con este proyecto, así como el Proyecto Hidroeléctrico el Diquís, la expansión del monocultivo de palma y las marinas en Golfo Dulce, se está jugando el tipo de desarrollo que se quiere para esta región. Por todo esto vale la pena preguntarse: ¿Serán las comunidades campesinas e indígenas beneficiadas con un la construcción de este proyecto? ¿Qué pasará con el Parque de las Esferas? ¿Hay intenciones de querer conservar y proteger el Humedal Nacional Térraba Sierpe? ¿Qué desarrollo se quiere para la Región Sur-Sur? ¿Quiénes son los interesados en construir este Aeropuerto?

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