Exregulador denuncia que plan de apertura del mercado eléctrico destruye el modelo ejemplar de Costa Rica
Por Jorge Araya Esquivel en http://www.diarioextra.com

Costa Rica se ha librado de los apagones eléctricos que se han generalizado en América Latina, e incluso en EE.UU., gracias al modelo creado en 1949 con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), al que ahora acusan de ineficiente los mismos que lo han venido estrangulando financieramente en los últimos seis gobiernos. La apertura del mercado eléctrico que impulsan el gobierno y la Unión de Cámaras destruirá un modelo que es ejemplo en el mundo, y es una apertura no está entre los compromisos del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. ¿A quién le han consultado para cambiar el modelo?, cuestiona el exregulador general Leonel Fonseca, en declaraciones para Página Abierta.

“Partamos de que el ICE fue establecido mediante decreto ley de la revolución de 1948, y luego en la Constitución del 49 queda como la institución encargada del desarrollo eléctrico del país. ¿Qué logró el ICE? En primer lugar, electrificar el 99% del país, logro lo que casi nadie tiene en el mundo, no digamos en Latinoamérica, en el mundo. Segundo, una energía de primera calidad, reconocida ni más ni menos que por transnacionales como Intel. En tercer lugar, a precios a realmente favorables y con sentido social, pues el que menos tiene en el sector residencial y rural paga menos y el que más tiene paga más. Tres factores que ahora están a amenazados porque pretenden cambiar el modelo, alerta el economista y consultor en Regulación y

Tarifas de los Servicios Públicos

¿Amenazados o van a desaparecer?
—Desaparecen si logran hacer el paralelismo con lo que hicieron con telecomunicaciones. Y ahí es donde deberíamos darles el beneficio de la duda a los nuevos diputados, que no acepten eso, pero soy escéptico. Lo que pretenden con el proyecto de apertura que han anunciado es lograr el último eslabón que les falta. Según Rodrigo Arias (Ministro de la Presidencia), ese es “el último gran pilar de modernidad que se ha dado en este Gobierno.” ¿Último de que? ¿Acaso esto estaba en el TLC? Ni el agua ni la electricidad estaban incluidos en el TLC.

¿De dónde viene ese proyecto?
—Esto viene del Consenso de Washington, que proponía diez directrices, pero en resumen lo que propiciaba era el debilitamiento del Estado y sus instituciones, para convertirlo supuestamente en un Estado regulador. Estado regulador que falló, porque son intereses enormes que se mueven. De qué está sirviendo ese Estado regulador en EEUU y Europa con la crisis financiera, o aquí mismo en el caso de Coopemex, o con los fondos de inversión en el 2004?

Tras el Consenso de Washington viene el FMI y empieza a presionar aquí, y desde hace 25 años en seis gobiernos el equipo macroeconómico los asesora de que eso debía ser así, y empieza un proceso que culmina con el TLC.

¿Y la apertura del sector eléctrico quien la impulsa?
—Este proyecto lo empieza a cabildear Roberto Dobles en el año 2004 (dos años después exministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones -MINAET- en el Gobierno de Óscar Arias). Era entonces un asesor muy bien pagado de UCCAEP (Unión de Cámara y Asociaciones de la Empresa Privada) y cabildeaba en la Asamblea Legislativa y afuera los proyectos que le interesaban a UCCAEP.

A mí me visitó siendo directivo del ICE y por eso lo digo con conocimiento de causa. En el 2004 me pide una audiencia, pero una práctica que aprendí de los gringos es que cuando hay una entrevista como funcionario público yo no acudo solo. Entonces me acompañó don Mario Hidalgo, también directivo y exgerente del ICE en electricidad. Y don Roberto nos explicó el proyecto. Es interesante que impugnaba el SIEPAC, que es el proyecto de interconexión centroamericana, donde los Estados tienen que nombrar a un agente suyo, y el agente de Costa Rica, nombrado por el Gobierno de Abel Pacheco, es el ICE.

La UCCAEP está recurriendo ante la Sala IV para que se quite al ICE, porque el dictamen de la Procuraduría General de la República dice que efectivamente es así, y eso tiene importancia para lo que vamos a hablar de las exportaciones de energía.

Entonces ahora caemos en el proyecto de ley, con el que pretenden –igual que hicieron con telecomunicaciones- quitarle la característica de servicio público a la electricidad y hacerla una simple mercancía. En telecomunicaciones puedo aceptar que algunas áreas puedan ser consideradas mercancía, salvo la telefonía básica, que debe ser un servicio social, pero la electricidad, por su importancia económica y social, es un servicio público clásico.

¿Significa que es un proyecto de la UCCAEP?
—Originalmente sí; y bueno, sigue siéndolo; la prueba es que entre los diez puntos que le presentan (UCCAEP) a doña Laura Chinchilla (sobre lo que considera las medidas prioritarias del próximo gobierno) está la apertura eléctrica.

¿Qué buscan con ella?
—En primer lugar que los privados puedan generar todo lo que quieren y como quieran, de recursos renovables (agua y geotermia) o térmicos (hidrocarburos).

Actualmente los privados tienen que someterse a la ley, poseer una concesión y vender al operador principal que es el ICE, que no es un monopolio, porque existe el sistema nacional interconectado, integrado por el ICE y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), cuatro cooperativas y dos empresas municipales. El ICE y la CNFL representan un 60 o 70% del sistema, y no nos vamos a engañar, tienen un poder de mercado, pero volvamos a lo que dijimos al principio, ¿qué ha significado ese poder de mercado? Que el ICE ha llevado electricidad al 99% del territorio, de gran calidad y a precio justo.

Ahora con el proyecto pretenden que no haya ninguna limitación para los generadores privados. Lo dijo el mismo Rodrigo Arias: que no tengan ninguna limitación de tipo legal, ni reglamentaria, ni técnica.

Con la legislación actual a los privados se les permite hasta un 16% de lo que tiene instalado el sistema nacional interconectado. Por otra ley se les dio luego además un 15% donde participan por licitación en proyectos como los geotérmicos, y le venden al ICE mediante el sistema BOT (en inglés construya, opere y transfiera), en el entendido de que cuando el contrato termine las instalaciones pueden pasar al ICE.
A pesar de que el Gobierno lo anunció el nuevo proyecto no ha sido enviado a la Asamblea Legislativa…

—Ya estuvo en la Asamblea Legislativa, pero lo retiraron. En realidad eran dos proyectos: el proyecto general de electricidad y el proyecto para el mejoramiento de las empresas del sector de electricidad, igual que lo que hicieron en el caso de telecomunicaciones. Ahora dicen que lo resumieron en uno solo y lo consensuaron.

¿Con quién y cómo?

—No sabemos, porque el proyecto no ha llegado a la Asamblea Legislativa.
¿Si como usted dice Costa Rica ha sido exitoso con el actual modelo, por qué querer con este proyecto descomponer lo que no está descompuesto?

—Vamos a lo que yo llamo la teoría del lomito. Puede sonar medio vulgar el término, pero es cierto. Es para quedarse con el lomito de la vaca y dejar los huesos o las vísceras del mercado al Estado, o al ICE, las cooperativas y las empresas municipales. Porque lo que quieren los privados es venderle a los grandes consumidores como Intel, Holcim, Cemex. Ya constituyeron una asociación de grandes consumidores, donde están los que ellos llaman los GRACE, los santos grandes donde están las grandes empresas. Es una vieja idea que tenía Luis Liberman (banquero, y segundo vicepresidente electo).

Vea lo que dice Franz Koberg, que es uno de los principales generadores privados: “Hay que dar más seguridad jurídica a los GRACE, y más pronto, tener su propia ley que les permita generar su propia electricidad en el sitio o de forma remota, y que también les permita comprar electricidad libremente en el mercado o importarla.”

Esto va a ser el “despelote”, porque simplemente pueden producir energía y venderla a los grandes consumidores, y ya sabemos que un comerciante vende para obtener ganancia. Lo grave es que cuando estas plantas sean insuficientes, porque los grandes consumidores pueden crecer, o la demanda aumentar, ¿entonces quién tiene que soportar? El Estado, el ICE, que deberá tener unos “autobuses” (plantas) parados para prestar el servicio en el momento que esas otras plantas fallen, porque es un servicio que se le va a exigir al Estado.

Otro factor importantísimo es que a los privados se les permitirá exportar energía…

¿A quien?
—A Centroamérica, donde el 80% de la electricidad es térmica, a un alto costo, mientras que aquí el 80% es hidroeléctrica, a un precio por kilovatio que anda entre $0,08 y $0,10, y al ICE el alquiler de plantas para la producción de energía térmica le sale a $0,50 el kilovatio. Es decir, que podrán producir barato aquí y vender caro allá.

¿Entonces le resultará más exportar?

—El objetivo es generar, venderse entre ellos mismos y exportar, pero para exportar nos podrían dejar a nosotros desnudos y en media calle, porque sin energía no hay desarrollo y la energía es básica sobre todo cuando es de recursos renovables y ambientalmente sanos.
Aunque se use recursos renovables como el agua, que no es inagotable como antes decíamos, hay un impacto ambiental ¿será un costo que tendrá que soportar el país mientras otros hacen la plata?

—Por supuesto. Recuerde la frase de Eduardo Lizano: privatizar ganancias, socializar pérdidas. Actualmente el país se beneficia con el ICE y las cooperativas eléctricas porque no tienen fines de lucro. Si obtienen cien de ingreso, 80 pueden ser costos y 20 quedan para desarrollar, en un país donde la demanda ha venido creciendo a 6 o 7% anual, con lo que en diez años hay que duplicar la capacidad de generación existente.

Precisamente, el argumento para la apertura es que el país no tiene los recursos para hacer las grandes inversiones que se necesitan…
—Eso es una falacia. En primer lugar, porque lo hemos podido hacer antes. ¿Por qué no lo hemos podido hacer en los últimos años? Porque el Consenso de Washington, el FMI y el equipo macroeconómico asesor no quiso que el ICE ni el los entes públicos invirtieran. Malos consejos económicos los titula don Juan Manuel Villasuso, basado en un libro del Banco Mundial, donde se llega a constatar que el peor error que puede cometer un país es no invertir en infraestructura y servicios públicos.

¿A eso se debe la falta de inversión que ahora le cobran al ICE, incluso la UCCAEP?
—Le prohibieron al país invertir, porque la definición del FMI hasta 1986 era que toda inversión pública es un gasto, y un gasto genera déficit. Ya eso lo modificaron, pero en Costa Rica, a pesar de una orden de la Contraloría (hay un manual del 2001 que ya no dice eso) no han querido cambiar y lo mantienen, para sostener una supuesta inflación baja.

El problema es que no han dejado invertir, no obstante que tenemos un potencial de generación 85% de “petróleo liquido” (agua), de geotermia para explotar, y eso lo debería hacer un ente nacional, porque nadie va a invertir en un proyecto que dura diez años desarrollándolo y 40 años recuperándolo. Los pequeños empresarios no tienen esa capacidad, y a las grandes compañías no les interesa, por eso prefieren las plantas térmicas, como está haciendo la Shell en Guatemala, donde construye una planta de 140.000 kilovatios.

Las compañías se concentran en los grandes consumidores, en quien hace un uso intensivo en el área urbana, pero en el sector rural, donde está más disperso y sale más caro el consumo y el poder económico es menor, se lo dejarían al ICE o las cooperativas. Burro amarrado contra tigre suelto.
Pero ahora hasta le Banco Mundial, en una especie de mea culpa, recomienda a los gobiernos no buscar solo la eficiencia económica, sino atender también los aspectos sociales.

—Es que no les conviene. Ese libro que José Manuel Villasuso comenta habla del fracaso que tuvieron. No vayamos más allá y veamos lo que pasó con la crisis, que fue más allá de una crisis petrolera, hubo especulación en la bolsa, y luego pasó a una crisis alimentaria, crisis económica y crisis financiera, todo fue pura especulación ¿y el sector social qué?

Volvamos a lo que dijimos al principio, si el TLC no habla de electricidad, ¿por qué están obligándonos a un cambio tan grande y a acabar de destrozar a una institución que ha sido un modelo y una historia de éxitos, como lo ha dicho Teófilo de la Torre (exgerente del ICE y actual ministro designado de MINAET)?

Primero, con esta ley le quitan al ICE la rectoría en el sector eléctrico. Me pueden decir que el ICE no es el rector. Sí, legalmente no es el rector, es el MINAET, pero ante la incapacidad histórica del MINAET, el ICE, gracias a Dios, tuvo la capacidad técnica y financiera de llevarnos a un 99% de electrificación.

Le quitan también al ICE la capacidad planificadora. El ICE es el responsable del sistema eléctrico nacional, y por dicha ha sido así. Se hace un proyecto y lo están planeando a diez, quince o veinte años, eso significar diseñar el proyecto, financiarlo y salir a construirlo. ¿Qué empresario privado se va a embarcar en programar un proyecto como Boruca que ahora se llama Birrís, o Angostura?

¿Los privados utilizarán la red del ICE para vender su energía?
—Le imponen al ICE, como se lo impusieron en telecomunicaciones, que tiene que abrir sus redes sin variar el costo. ¡Qué bonito¡ Quiere decir que lo que hicieron los abuelos y se lo deberíamos entregar a nuestros nietos, se lo vamos a entregar al mejor postor. A Iberdrola, o a Shell o cualquier multinacional de esas que están en Nicaragua y otros países de América Latina, donde las ganancias van a ir a la Bolsa de Nueva York o Londres, y volver a las malas experiencias del pasado, cuando estuvieron compañías como la Electric Bond & Share, que expulsamos en 1969 comprándola.

¿Cree entonces que retrocedemos a una etapa superada?
; para mi no son ideas aisladas, sino que el hecho de negarle tarifas al ICE de acuerdo con la ley de tarifas al costo (desde el 2002 se le niega rentabilidad para inversión), y que por culpa de ese equipo neoliberal no se le permitiera construir durante 25 años, era una forma de exprimirlo.
Oigan a José Manuel Dengo (fundado del ICE) a ver si él vuelve a usar el discurso de cuando se celebró el 60 aniversario del ICE, de que esa institución es un modelo en el mundo, de planificación y distribución de energía electica, sobre todo que es ambientalmente sana y a precios razonables para el público. Quiero que alguien me demuestre dónde estamos equivocados. Por qué privatizar ganancias y socializar pérdidas cuando tenemos un modelo que nos dio resultados.

Para mí, que tengo 72 años, y ya no soy funcionario público, ni tengo ningún interés personal o económico, veo que viene la batalla final contra el desmantelamiento institucional, de la institución creada en la constitución del 49. Creo que las instituciones autónomas con reformas pueden seguir adelante, pero no destrozarlas y entregarlas al mejor postor como si tuviéramos un país en quema.

¿Los partidos de oposición se van a plegar y le van a dar los 38 votos (a la ley de apertura) como en el TLC? ¿Lograremos convencer que ese proyecto no le conviene al país?
Tengo la esperanza de que por lo menos haya un debate sobre esto.

Prosokioc