Escrito por Vinicio Chacón (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)  
Empresa busca permisos para exploración de oro.

Varias organizaciones presentaron ante la Secretaría Técnica Nacional del Ambiente (SETENA) documentación para que rechace una solicitud de exploración minera en el cause del río Rincón, en la Península de Osa.

La empresa Consultorías Turísticas del Pacífico S.A. es la que aparece consignada como “desarrollador” en el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA), que se tramita en esa Secretaría bajo el número de expediente 580-2009, y que busca lograr un permiso para realizar trabajos de sondeo en ese río, con el fin de determinar si el oro se encuentra en cantidades suficientes para justificar posteriormente un trabajo de explotación del metal.


Las críticas se han fundamentado debido a la cercanía del proyecto con el Parque Nacional Corcovado, pues señalan que se encuentra “junto” a la estación Los Patos de ese parque. Así lo especificaron en un comunicado de prensa conjunto las organizaciones no gubernamentales (ONG) Preserve the Planet, Fundación Neotrópica y Oil Watch, las cuales, junto a personas particulares, presentaron ante la SETENA el documento con sus argumentos en contra del proyecto aurífero.

El sitio en cuestión se ubica en el distrito de Jiménez, en Golfito de Puntarenas; se trata de un área de dieciséis kilómetros cuadrados y busca realizar sondeos en el lecho del río Rincón.

Luis Diego Marín, de Preserve the Planet, calificó la iniciativa como una “desfachatez” por su cercanía no sólo al Parque Nacional Corcovado, sino también a una  reserva indígena Ngöbe.

Además se preocupó por la sedimentación que puede implicar el proyecto, pues el río Rincón desemboca en el Golfo Dulce, el cual es un fiordo, es decir, “el agua casi no tiene movimiento y por ello esos sedimentos afectarían gravemente la diversidad marina”, manifestó.

También citó “la contaminación de mantos acuíferos superficiales y subterráneos; el río Rincón atraviesa buena parte de la península y la mina está muy arriba en su cauce, de manera de que lo que se contamine afectará a territorios subyacentes”.

Marín apuntó que la crisis financiera internacional produjo que muchos gobiernos y grandes inversionistas hayan preferido tener sus capitales en oro, lo cual ha producido un aumento importante en su precio.

Dijo tener seguridad de que “habrá un gran levantamiento contra el proyecto, tanto en la Península de Osa como en el resto del país e internacionalmente”.

Cabe recordar que el país espera la decisión de la Sala Constitucional sobre el proyecto minero de Crucitas, en San Carlos, el cual también busca extraer oro, pero con la diferencia de que se trata de minería a cielo abierto mediante el uso de cianuro.

“NO QUEDARÁN DAÑOS VISIBLES”

El documento de oposición presentado ante la SETENA por las organizaciones y personas particulares, incluidos empresarios del turismo, sostiene entre otras cosas que el EsIA es “insuficiente” para sustentar una viabilidad ambiental, entre otras razones porque “expone superficialmente la fragilidad ambiental y la extraordinaria importancia biológica de la región”, y porque “no presenta información completa sobre los impactos que la extracción de material del lecho del río tendría sobre los ecosistemas acuáticos”.

El geólogo Fernando Niezten, coordinador del EsIA, manifestó que las críticas que recibe el proyecto “se refieren a lo que potencialmente sucedería en la fase de explotación, pero por ahora sólo buscamos el permiso para la exploración, que tomaría tres años y luego se dictaminaría si existe tecnología aceptable para la SETENA y el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET)”.

Añadió que para la empresa es importante “que no se de contaminación de los mantos acuíferos y tenemos conciencia social, queremos ayudar a la comunidad”.

Añadió que de los 16 kilómetros cuadrados, “una parte ínfima es del río, el 90% pertenece a áreas como laderas y montes, lo cual se recorre con geólogos que buscarán indicios de mineralización y no se proyecta cortar árboles ni hacer caminos”.

Sobre las preocupaciones ante la posible sedimentación, señaló que existe la tecnología para evitarla: “se pueden hacer presas de sedimentación pero sólo si el volumen en el agua es alto, pero en la exploración la sedimentación es mínima porque se hace un hueco cada 100 metros de máximo dos metros de profundidad para tomar muestras”.

Nietzen además destacó que este tipo de operación, “es más amistosa para el ambiente que la extracción de arena o grava de los ríos para la construcción”. Añadió que el material que se extrae del lecho del río sería pasado por zarandas y volvería a caer en el mismo hueco de donde se extrajo, “no queda ningún daño visible”.

El geólogo añadió que trabaja en el desarrollo de nuevas tecnologías que permitirían hacer el trabajo de extracción del oro de maneras sanas con el ambiente, pues “no utilizaría maquinaria ni agentes químicos”.

 

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