Editorial del programa de Radio Voces y Política, 27 de octubre del 2021

Los resultados de la Encuesta de Hogares 2021 indican que la pobreza entre el año pasado y el presente año pasó de 26% a 23%, una variación significativa en un año de crisis de pandemia.  Sin embargo, cabe destacar que esta disminución entra en franca decepción cuando se desagrega en el territorio, es decir cuando se territorializa los datos.

 En la región Brunca, en los cantones de la Zona Sur del país, el porcentaje de pobreza es de casi un 10% mayor al nacional con un 33% y si se suma la pobreza extrema llegamos a más 43% de los hogares. Variaciones desalentadoras se dan también en las regiones del Pacífico Central y Norte, Huetar Norte y Huetar Caribe, las dos últimas siendo de las regiones de agronegocios que nunca perdieron el ritmo de exportaciones y ganancias durante la pandemia. A estas distorsiones los expertos le llaman: crecimiento desigual.

 En Voces y Política le llamamos la injusta desigualdad que provoca el modelo económico neoliberal que se quiere reactivar a cualquier precio. Ese modelo de zonas francas ancladas en el área metropolitana y que desde hace más de 20 años viene generando una injusta y desigual concentración de la riqueza y promesas sin cumplir sobre el desarrollo de la periferia. Desde el censo del año 2000 se acuñó la noción de las dos Costa Rica, una noción ácida que da cuenta de la etiqueta de ser el país más desigual de la OCDE.

 Este debería ser el tema que polarice esta elección que lleva ya casi un mes de haber arrancado, pero lamentablemente no lo será. Por el contrario, la agenda en marcha, la agenda de la plutocracia (la cual hemos mencionado en múltiples programas) sigue su marcha. Regla Fiscal, préstamo FMI, disciplinamiento del Empleo Público, deterioro de los servicios de bienestar, deterioro de la educación y medidas que atentan contra la estabilidad democrática. Lo único que se ofrece es generación de empleos de cierto tipo con salarios pauperizados, regímenes de zonas francas como verdaderos paraísos fiscales, evasión de impuestos y manejos empresariales con cero ganancias al año, privatización de instituciones estratégicas y trato preferencial a grandes importadores de bienes de la canasta básica. Un país que no puede garantizar su propia seguridad alimentaria y el presidente lo celebraba recientemente con la importación de maíz y soya.

 Están intentando acabar con el sector agropecuario del país. Penalizar y restringir la comercialización de semillas propias con la propuesta de una nueva Ley de Semillas. 30 mil familias de micro y pequeños productores campesinos que se están apoyando mediante el Programa de Alimentos Institucionales están siendo perseguidos por los testaferros de las grandes transnacionales de abarrotes que no les basta tener un casi oligopolio de la distribución de productos a través de sus cadenas de supermercados. 

 Tanto la FAO, la ONU y el mismo FMI le han dicho al gobierno que fortalezca este tipo de programas para aplacar la crisis, pero puede retrasar más la agenda de la búsqueda de disminución al déficit fiscal. Varias instituciones han indicado la imposibilidad de planificar con un instrumento tan erosionado como lo es la Regla Fiscal. Servicios estratégicos para el bienestar de la población son hoy considerados por esta élite empresarial como detonantes del déficit y por lo tanto hay que recortarlos, debilitarlos y finalmente privatizarlos.

A la sombra de esta realidad nacional ha comenzado a enraizarse la otra pandemia. Una especie de depresión colectiva que se evidencia en el aumento de casos de ansiedad, depresión e intentos de suicidio.  Esa Costa Rica llena de desesperanza y que mira desde la gradería como unos pocos se benefician de las “oportunidades” económicas que brinda la crisis sanitaria y muchos van quedando excluidos.

 Este parece ser el telón de fondo de esta elección nacional y una ruta hacia el precipicio nacional. Donde apuestan que el sentimiento de frustración sea gasolina con cualquier tema que pueda polarizar y crear emociones que movilicen los votos de la ira.  

Prosokioc