20 de abril del 2018, Kioscos Socio ambientales de la Universidad de Costa Rica El pasado martes 17 de abril, Día Internacional de la Lucha Campesina, distintas organizaciones indígenas, campesinas y ambientalistas, se reunieron para intercambiar y vender sus semillas criollas.

Desde el bulevar de la Asamblea Legislativa, personas agricultoras, indígenas y campesinas, manifestaron su  preocupación por  la “Ley para la promoción y desarrollo de la producción y comercio de semillas”.  Esta ley exige el registro y certificación de todas las semillas utilizadas en la producción, por lo que el intercambio y libre circulación de las mismas estaría prohibido.

Esta situación contraviene una de las prácticas más antiguas en la agricultura, el intercambio y cruce natural  de semillas, obligando a todos los productores a patentizar y utilizar una única variedad de semilla.

“La preocupación de nosotras en la Red de Mujeres Rurales, es que nos quiten la semilla, porque es evidente que lo que están haciendo es despojarnos de la semilla criolla, la idea es patentizarla, y la semilla criolla no puede tener dueño (…) y esto no beneficia al campesinado, porque si nos quitan la semilla nos vemos obligadas a trabajar en la piñera”, declaró Francisca Inés, integrante de la Red de Mujeres Rurales.

La certificación de las semillas no solo empuja al campesinado a dejar sus formas tradicionales de producción, sino que acelera la desaparición de las semillas criollas. En el último siglo han desaparecido casi 94% de las semillas del mundo, y es el campesinado quien continúa protegiendo las semillas tradicionales.

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