Editorial del programa de Radio Voces y Política, Miércoles 30 de marzo del 2022

Las comunidades caribeñas, las personas defensoras del agua, organizaciones ecologistas y sociales, lamentamos la muerte de Xinia Briseño Briseño, que nos deja a los 47 años y al menos la mitad de su vida dedicada a la lucha contra la contaminación del agua con agroquímicos del agronegocio de la piña.

La compañera fue defensora de vida desde su comunidad en Milano de Siquirres, pero su voz llegó hasta las cortes internacionales y países consumidores de la piña que desconocen la huella socioambiental del monocultivo. Ella falleció el pasado 20 de marzo.

Desde la Asociación de Acueducto Comunal de Milano de Siquirres, Xinia lideró una de las luchas comunitarias más importantes de las últimas décadas por defender el agua de la expansión piñera incontrolada que contamina las fuentes de su comunidad y muchas otras en todo el país.

A inicios del presente siglo las investigaciones del Instituto Regional de Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional (UNA) alertaron sobre las aguas que abastecían a las comunidades de Milano, Cairo, Luisiana y La Francia, las cuales no eran aptas para consumo humano por la presencia de agroquímicos utilizados en el cultivo de la piña.

Fue hasta el 2018 que la comunidad logró tener una nueva fuente de agua limpia, gracias a la tenacidad de Xinia que comandó la ASADA y tuvo que atravesar un gran proceso burocrático para lograr concretar el proyecto. Mientras tanto durante más de una década la comunidad recibía agua en cisternas para el consumo humano y seguía conectada a las fuentes contaminadas.

Es decir, todas y todos los ciudadanos subsidian el suministro de agua en cisternas mientras las compañías responsables no han desembolsado un solo dólar hasta el día de hoy, tal como se exclamó Xinia en 2015: “¡Ya nos hubieran construido tres acueductos con lo que han gastado en cisternas!” (Semanario Universidad, 11-3-2015). Así de impune y de limpia es la producción piñera.

Briseño nació en la comunidad de Milano y, aunque salió pequeña, volvió para dar esta importante lucha que la llevó a visibilizar en muchos lugares del mundo: en la Asamblea Legislativa, en la Corte, en el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), en las universidades. Incluso la llevó a dar testimonio en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La compañera Xinia será agua que calme la sed de justicia de muchas comunidades y futuras generaciones. Su lucha es un ejemplo y prevalecerá su legado en agua limpia para las comunidades. Prevalecerá en acueducto en Milano, en la prohibición al bromacil, uno de los agroquímicos que más salió y sigue saliendo en las muestras de agua, aunque en teoría ya no se aplique.

Xinia prevalecerá en la organización de las comunidades frente a los estragos de la expansión del monocultivo de la piña y la lucha de las mujeres ante los agronegocios expansivos. Prevalecerá en la salud de las niñas y niños de Milano que ya no sufrirán gastritis y otras enfermedades por la contaminada del agua. Además, prevalecerá en su nieta e hijas y familia que tienen su legado y ejemplo.

Su sonrisa, su espíritu de lucha será humedad en los desiertos de piña, su alegría será compañera de muchas otras causas urgentes por la salud del planeta. Hasta la vida y el agua siempre, Xinia Briseño presente.

 

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