Editorial del programa de Radio Voces y Política, Miércoles 29 de junio del 2022

Una visita del señor Rodrigo Chaves a la Corte Suprema de Justicia ha disparado las alertas institucionalidad del país. En su discurso ha dejado entrever una llamado de atención a las juezas y jueces por lo que considera estarse violentando el derecho a una justicia pronta y cumplida.  En este tipo de señalamientos cuenta, el presidente, con un importante apoyo, sobre todo en redes sociales.  Otros consideran inapropiado el sentar el precedente de insinuar una intromisión del ejecutivo en el judicial. 

 En esta seguidilla discursiva, cuyos párrafos iniciales comienzan con el asombro y recordatorio del oscuro pasado de un país gobernado por partidos políticos corruptos en comisión con los funcionarios públicos corruptos.  Y punto seguido, con otro párrafo que apela a un nuevo horizonte montado a pelo del cambio que el Partidos Progreso Social Democrático y sus alianzas partidarias y de clase, están impulsado para la nueva Costa Rica de estos intereses.  El slogan de campaña hecho realidad “me voy a comer esa bronca”.  Entre estas líneas y este tipo de contenidos transcurre la historia de este gobierno que se va acomodando y nos va acomodando, a todes, poco a poco.

Por lo pronto los énfasis de los problemas que se van identificando van acumulando una serie de cuestionamientos sobre si este sector público es el que le conviene a este país para el cual está gobernando la nueva autoridad recién electa.  Mandos medios, alquileres, regla fiscal, empleo público, cuestionamie3nto a la autonomía institucional, primacía del equilibrio presupuestario para gobernar, sistema de pensiones, impuestos, inflación, contratos por vencer, minería a cielo abierto, relaciones internacionales, entre otros, cuentan entre los desafíos con cuales se enfrenta la promesa de campaña.  Invitados especiales a los consejos de gobierno y reuniones ministeriales son por ejemplo las iglesias y las cámaras empresariales. Esto no debería ser un problema en si mismo, porque estilos de gobierno hay de muchas formas y colores.  Pero si llama la atención posibles asimetrías y desequilibrios en la búsqueda de diálogos con los diferentes sectores.  Sobre todos los que se suponen representan a la clase trabajadora pública y privada. 

Algunos están llamando la atención sobre el asomo de un cierto estilo autoritario en las formas de la nueva administración.  En la asamblea legislativa parece que hay más tiempo para el control político que para una agenda de consenso y son apreciables en algunos temas los desencuentros entre diputados y, a veces, entre las fracciones. 

El contexto pandémico, hoy redefinido por las nuevas autoridades de salud y la crisis global que camina a galope entre los dudosos gobiernos, van dibujando un mercado internacional con muchas alarmas encendidas.  Una, de las más preocupantes, una crisis de alimentos ha empezado a estallar de manera fragmentada.  Indicios de recesión económica en el G7 pone a prueba la capacidad de maniobra de los demás países. 

Son pocas las semanas desde el inicio de la nueva gestión presidencial y los temas del nuevo rompecabezas se van acumulando y armando en el tablero.  No se puede adelantar criterio, pero poco a poco la víspera va sacando el día.

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