Editorial del programa de Radio Voces y Política, miércoles 31 de agosto  del 2022

La Coordinadora de Lucha Sur Sur elaboró en 2020 el informe denominado Agresiones y Violaciones a los Derechos Humanos contra los pueblos originarios en la Zona Sur de Costa Rica., este registro parte de un proceso de denuncia sistémico con un total de 86 incidentes de violencia dirigida contra los pueblos indígenas, en cuenta el asesinato de Jehry Rivera, del pueblo Bröran, y el intento de homicidio contra Minor Ortiz, del territorio bribri de Salitre.

La semana pasada la Coordinadora de Lucha Sur Sur (CLSS) presentó el “Segundo Informe de agresiones y violaciones a los Derechos Humanos de los Pueblos Originarios de la Zona Sur de Costa Rica (enero-diciembre, 2021)” en la Universidad de Costa Rica.

El Primer Informe responde a los hechos acontecidos en el 2020 y ambos documentos surgen a partir de complejos procesos de comunicación y monitoreo de agresiones cotidiano entre las organizaciones que participan en la Coordinadora de Lucha Sur Sur (CLSS). Así, los hechos relatados en el documento refieren a vivencias y denuncias que realizaron personas que pertenecen a Pueblos Originarios y que se encuentran recuperando tierras-territorios en la Zona Sur del país.

El informe del 2021 recoge hechos de los Territorios: Bribris de Salitre, Yamabï Dí, Cabécar de China Kichá y Brörán de Térraba (Crun Shurin). En éstos, se registraron 63 incidentes de seguridad, que se desprenden en 24 diferentes tipos de agresiones. El informe “arroja a fuerza pública y asociación multiétnica y pluricultural como principales agresores”. 

Si bien, el Informe detalla menos incidentes que el año pasado, el conflicto en los Territorios Indígenas sigue mutando y haciéndose cada vez más complejo. La Fuerza Pública sigue siendo un actor principal, que lejos de imponer la paz se alía con personas que abiertamente quieren agredir a las personas indígenas. A esto se suma la salida a la luz pública de la Asociación Multiétnica y Pluricultural, conformada por personas que ocupan ilegalmente terrenos en los Territorios Indígenas y que convocó a manifestaciones en contra las recuperaciones con información falsa y mentiras. También, en noviembre, se le vio muy activa a la Asociación cuando en el Territorio Bribri de Yamabï Dí, las personas recuperadoras se encontraban resistiendo y sobreviviendo a una de las escaladas de violencia más fuertes del 2021. Por eso, no se debe interpretar que porque hay menos hechos de violencia en el 2021 significa que el conflicto está mermando, sino que está transformándose constantemente”, indicó Gustavo Oreamuno, defensor y participante de la Coordinadora de Lucha Sur Sur (CLSS).

Por la realidad expuesta en el reporte evidencia la inacción del Estado costarricense para garantizar los derechos al territorio, su seguridad, ante constantes amenazas y agresiones, y su reclamo por justicia.

Es posible señalar que un mecanismo más a través del cual se perpetúa la impunidad y la negación de los derechos de los pueblos indígenas reside en la invisibilización de la violencia que se ejerce en su contra. Es claro que una cobertura adecuada y la visibilización de las realidades, sentires y reivindicaciones en los territorios son clave para lograr el acceso a los derechos por parte de los pueblos originarios, así como justicia ante toda la violencia recibida y el fin de esta.

 

Prosokioc